All that stuff !!

viernes, 28 de enero de 2011

No mires mientras los conejitos observan

Tal vez la casa más grande que he visto en toda mi vida, te lo juro, era enorme. Y tan elegante. El mayordomo, sí, tenían mayordomo, me preguntó que si quería algo de tomar; yo amablemente contesté que tomaría una limonada, y la Sra. Villanueva, que usaba unas joyas bellísimas dijo que tomaría un té helado, ¿te figuras? ¡Un té helado! Nos sentamos en el jardín a esperar nuestras bebidas, la Sra. Villanueva se movía con una delicadeza envidiable. Me preguntó que si me gustaba jugar al cricket, yo por supuesto contesté que sí, aunque aquí entre tú y yo, no se jugar. Le dije que mi marido y yo nos reuníamos todos los domingos con unos amigos de mi papá para jugar, sí, le dije que estaba casada, tal vez no debí mentir en eso.

La limonada estaba riquísima, tan fresca y tan elegante, todo es elegancia en esa casa. Por eso le dije a la Sra. Villanueva que estaba casada y que sabía jugar al cricket. Te aseguro que tú hubieras hecho lo mismo, aunque claro que tú no tendrías que haber mentido en lo del matrimonio. ¿Qué? ¿También juegas al cricket? ¡Quién lo hubiera imaginado! Tendrás que enseñarme un día de estos.

Después de las bebidas caminamos por el jardín, estaba lleno de hermosas flores. Me preguntó qué a que me dedicaba, yo le dije que era diseñadora de una revista importante, ella me preguntó que de cuál, yo le dije que trabajaba en la revista Mensonge, y que antes había trabajado en Pas Vrai. El sol era muy cálido, caminamos por horas.

En el jardín también había conejos blancos. Yo me puse un poco nerviosa porque nos miraban mientras caminábamos. Esos conejos me recordaban algo, pero no se qué. Después del paseo volvimos a la casa, era tarde y la Sra. Villanueva me ofreció quedarme en alguna de las múltiples habitaciones de la casa, que mañana me conseguiría un coche para que me llevara a casa. La habitación era lujosa y estaba muy bien alumbrada con candelabros, y lámparas en forma de rosa. La cama era tan suave.

Al día siguiente desayunamos wafles y leche de chocolate. Estaban deliciosos. Pero eso, te lo contaré después.

La mujer joven deja de hablar con la muñeca de trapo y la pone sobre el buró junto a la cama, se quita las pantuflas de conejo y se mete entre las sábanas blancas. La enfermera camina por el pasillo.

jueves, 27 de enero de 2011

De golpe..

Entró temblando en la habitación. Cerró la puerta tras de sí, estaba agitada, su corazón latía con desenfreno y un frío sudor escurría por su frente. La habitación estaba casi vacía salvo por una cama sucia y una mesita a un lado, sobre la mesita había una pequeña vela encendida que acariciaba la oscuridad. Antes de que pudiera tomar la vela, una ligera briza proveniente de la ventana abierta la apagó con un golpe. Con un sobresalto la pobre chica corrió hacia la ventana para cerrarla; por la ventana no se veía nada ni a nadie. La puerta se abrió de golpe.......

jueves, 20 de enero de 2011

Ella y él. Ellos.

Sentada frente a él está ella; es hermosa, piensa él. Todos ocupados en sus asuntos, nadie mira. Ella viene con audífonos, pero después de algunos intentos él logra mirarla fijo a los ojos, o al menos lo que la gente llama ahora mirarse a los ojos.

Ella no busca el amor; él no puede evitar coquetear. Se miran varias veces, discretos, de reojo, separados por el muro del anonimato.

Ella saca un lápiz labial y pinta sus labios; él no sabe que pensar. Él toma un trago de su café y la mira; ella trata de disimular.

En la siguiente estación, los dos lugares contiguos a ella se desocupan. Él duda en sentarse a su lado, ella hace como que no lo mira. Él espera, prefiere darse tiempo, ser discreto.

En la siguiente estación él trata de dar el paso, pero la gente entra por las puertas a chorros y con ellos, esa sensación incómoda de multitud. Vuelven a ser discretos; ella busca en su bolso, él saca su teléfono para revisar un mensaje que no le acaba de llegar. La gente se mueve, indiferente ante su intimidad.

Él se acerca, se quita la máscara y dice, Hola. Ella no se quita la máscara, pero sonríe, y se descubre los ojos con curiosidad.

Ellos se mueven, ellos se ríen.

Ellos, se miran.





miércoles, 19 de enero de 2011

Radiografía

—¿Frecuencia cardiaca?             —Innecesaria.
—¿Parálisis?                               —Inevitable.

La sangre sube a su cerebro. Lo hace ver cosas, cosas que no son reales; irrealidades flotando en su mente.

Dolor. Adrenalina. Crisis. Descanso.

—¿Y luego qué sigue?
—No sé. A mi no me corresponde contestar eso.

Ya en la plancha fría, su cuerpo finge descansar.
El instrumental médico hace juego con su soledad.
Juegos que nadie quiere jugar.

Su cuerpo ya no se mueve, no es necesario. Ahora no puede ocultar nada aunque quisiera.
Está literalmente desnudo sobre la plancha.
Sus sentimientos se desbordan y quedan visibles, como en una radiografía.




   



martes, 18 de enero de 2011

Carta de Obertura

Escribo esta carta desde alguna parte. No sé si alguien alguna vez podrá encontrarla, pero la escribo con la esperanza de que así sea.
Mi nombre es  Comencé este viaje en febrero de 1994, no se que año es ahora, perdí la noción del tiempo. He viajado ya por un tiempo y he visto cosas que nunca creí posibles, pero creo que estoy llegando al fin, o mejor dicho creo que alguien me hará llegar al fin muy pronto.
Fui uno de los "seleccionados" para trabajar en un proyecto científico que pretendía viajar a mundos paralelos al nuestro. El proyecto fue un "éxito" y el mapeo logró develar siete mundos paralelos, la idea era ir a socializar con los habitantes de cada uno, pero cuando llegamos al primero uno de los tripulantes que nos acompañaba de develó así mismo como un infiltrado, el grupo se disolvió y logré escapar.

No sé si esto tenga sentido para alguien, apenas logro que lo tenga para mi, a veces me cuesta trabajo creer en mi mismo lkldsds fdskjfsf sfjiejs kj fdks s sdk fskfj sllaije alkjdie fjiefjsij sifjlkdlielj f jskjksda djadjsl akjdla y como no queretete, taré pero no pude, heres hermosa, sueño contigo todas las noches. Olivvi, nos vemos al rato, mundos que parecían desconocidos no que más poner. Bla lalalala llalala lala hdsiuas jjhfsk ajajs qahs esto debe parecer más largo en el post, no fuimos los primeros en llegar a ellos.

Aquel que pudiera encontrar esta carta esto no es la carta, solo es lo que se me ocurrió poner antes del post de los BAFTa, dios, amos el cine señales de vida.

                                                                               dkjahsa  hjkdashj

Montañas con sus manos / Colores

Los edificios que se alzan por lo alto miran y critican a la gente que camina por las calles, a sus pies. Los obreros caminan por las vigas y tocan el cielo, construyendo montañas con sus manos. Cae la noche y la Ciudad se ilumina, cae la noche pero el misterio y el romance se elevan. Palabras sin sentido escritas en un libro.

Mientras leo en su diario ella permanece recostada en el sillón, dormida, iluminada por las luces neón que se cuelan por la ventana.

Piensa que está solo, y en cierta manera así es.

Hoy cuando salí de la casa pasé frente a todos como si no existiera, no hubo ni un Hola que se cruzara en mi camino a la puerta.

Te quería, y no lo digo por compromiso, cuando me miro en el espejo aún encuentro verdad en mis ojos, y es que, te quiero... te quería.

No quisiera interrumpir su sueño, en realidad no puedo, porque no está dormida, está drogada.

Aún no se ha dado cuenta, no importa, falta poco.

Y en la calle no era diferente, lo juro, ni una persona me sostenía la mirada.

Tal vez debí habértelo dicho antes, no sé, falta de tiempo, perdón. Lo sé, es mi culpa.

La aguja sigue incrustada en su cuerpo, no quiero tocarla, es como un ángel.

El sonido es suave y prolongado, perceptible para todo aquel que esté dispuesto a cerrar la boca por un momento.

Digo que no me importa, pero a veces no me deja dormir. No soy lo que todos piensan.

No me gustan las despedidas, lo sabes, pero en este caso no lo decidí yo.

Vuela angelito mío, vuela hacia las luces de neón.

Limpio, rápido; no me gusta presumir pero tendrías que verte, perfecto.

¿Sabes lo difícil que es ir por ahí guardando secretos ajenos?

Al menos tuvimos sexo de despedida, fuiste un caballero, como siempre.

Uno a uno se levantan. Tienen frente si, cuerpos inertes que ya no son capaces de escucharlos, sus palabras se pierden en la noche, y es que sólo los muertos son capaces de escuchar las cosas que a ellos les cuesta tanto trabajo decir.

La corbata roja resalta en su pecho.
Sus ojos verdes, brillantes.
Tal vez no debió pintar su cabello de azul, pero es una manera de que la gente voltee a verlo.
El bolso amarillo y llamativo que lleva todos lados.

Las drogas son peligrosas cariño.
Te lo juro, no hay nadie que taladre cabezas mejor que yo.
Incluso tú, no me miraste sino hasta que tenía el cuchillo en la mano.
Velo por el lado bueno, moriste en tu cama, como tú querías.

Los cuatro son asesinos, capaces de destruir hombres montaña con sus manos.



sábado, 15 de enero de 2011

Obertura: Cabeza de Cerdo

Oscuro. Una voz, Jaime, habla con alguien.

Jaime — Mi infancia no fue fácil, pero bueno, ¿acaso alguien tuvo una infancia fácil? Vivía con mis padres, una adorable pareja: mi papá era alcohólico y mi madre una puritana. También tenía una hermana, pequeña y adorable, la extraño. (Pausa)  Tú nunca me cuentas nada sobre tu vida, pero bueno, te agradezco por escuchar. (Pausa) Mi padre, como el de muchos, era alcohólico, mi mamá lo llevó con el cura para que dejara de beber (sonidos de campanas), y funcionó, mi padre dejó de ser alcohólico para convertirse en un viejo apático y amargado; no se de que se quejaba mi madre, el no lo pegaba ni nada. (Pausa) Un día y sin decir palabra él se fue (sonido de una botella que se rompe), nos dejó y yo me quedé solo con mi madre y hermana, y más solo aún cuando mi madre me dijo que me tenía que dejar con un tío porque ella se tenía que ir a no sé dónde con mi hermana. (Pausa) Nunca volvieron. (Pausa) Mi tío era carnicero (sonido de un machete contra la madera) Me enseñó el negocio, Voz en off: "Pégale pinche chamaco, pégale", me decía, "Agarra el machete y mata a la pinche vaca". Sí, me acuerdo bien. (Sonio de llantos y vaca agonizante)

Mientras habla se muestra en tres cuadros frente a Jaime y su acompañante, la apertura de su carnicería, su boda y el nacimiento de su hija.

Cuando crecí, como no había ido a la secundaria, aproveché los único que sabía hacer y abrí mi carnicería. Conocí a Christina, una mujer adorable, deberías verla. Nos casamos y tuvimos una hija. He de admitir que las cosas no iban bien en un principio, teníamos problemas como cualquier pareja, es normal. (Gritos de pelea marital).

Fin de los cuadros.

¿No hablas mucho, verdad? Las personas calladas siempre ocultan algo, o por lo menos eso decía mi tío. Yo era muy callado de niño.
Como las cosas no iban bien empecé a beber, no funcionó, sólo empeoró las cosas.

Se prende luz cenital, se ve que Jaime está hablando con una cabeza de cerdo.

Pero, ¿Quieres que te cuente algo?

Oscuro.


Un patito de hule (Comparaciones)

En el lago, un pato se pasea alegremente; en la tina, en la casa cerca del lago, un patito de hule flota alegremente.

Falta poco para que los copos de nieve pinten de blanco el paisaje; en la cocina, los copos de azúcar baña ya el plato de cereal.

Pequeños conejos juegan y se ocultan en las cepas de los árboles; en la alcoba, las pantuflas de conejo se ocultan bajo la cama.

Los rayos del sol se vuelven distantes; en la casa, una pequeña sonrisa se apaga.

La corteza de los árboles está gruesa y llena de arrugas; en la casa, las manos de un hombre maduro son tan rasposas como esa corteza.

El viento sopla con fuerza y hacer rechinar las ramas de los árboles; en el ático de la casa, la ventana abierta también rechina azotada por el viento.

Cae la noche, los ojos del búho lo observan todo; en la casa, nadie mira.

En el bosque, un venado que acaba de comer hojas en un moral camina entre los árboles con el hocico como manchado de sangre; en el ático, un hombre con la boca manchada de sangre oculta el cuerpo de una pequeña en el baúl.
¡Cuac!

miércoles, 12 de enero de 2011

Casi como siempre

En la mañana la Sra. Adams sacó una hoja amarilla de la libretita que guardaba desde siempre en el cajón de la cocina, revisó la alacena y el refrigerador e hizo la lista del supermercado, cerciorándose de que no faltara nada. Guardó la lista en una bolsa  de su suéter, tomó su bolso, subió a su auto y se marchó rumbo al supermercado tomando la misma ruta de siempre.

En la entrada del supermercado tomó un carrito y comenzó a recorrer los pasillos, revisando cuidadosamente la lista para asegurarse de que no faltara nada. Cuando pasó cerca del pasillo de postres tomó una caja de galletas, no estaba en la lista, pero eran deliciosas y las Sra. Adams se permitió ponerlas en el carrito con una sonrisa de culpabilidad en el rostro. Una vez lista dirigió su carrito hacia la caja 8, como siempre, en la que atendía un joven de pecas muy amable; aunque hubiera fila y las otras cajas estuvieran libres, a la Sra. Adamas siempre le gustaba usar las caja 8. Hola Sra. Adams, saludó el joven con la misma sonrisa de siempre. Después de que el muchacho hubo empaquetado todo, la Sra. Adams enfiló el carrito hacia el estacionamiento para guardar todo en el auto y volver a casa.

Ya en casa, la Sra. Adams se tomó media hora para guardar las compras en la alacena y el refrigerador. Después, y como siempre, tomó el teléfono para avisarle a su hija que iría a visitarla; su hija, nada extrañada, accedió como siempre. La Sra. Adams preparó en una canasta un ramo de flores blancas, la caja de galletas y un paquete envuelto en papel café, subió al auto y se encaminó al nuevo departamento de su hija, a media hora de distancia del departamento anterior.

Estacionó su auto donde pudo; antes no tenía ese problema, el edificio anterior en el que vivía su hija tenía estacionamiento. Entró al edificio y subió al cuarto piso, antes su hija vivía en el segundo. Hola, dijo la chica al abrirle la puerta a su madre. ¿Quiéres té?, preguntó la joven, por supuesto, respondió como siempre la Sra. Adams mientras se sentaba en el sillón de la sala en el que se sentaba cada que iba a visitar a su hija. La chica preparó el ya acostumbrado té de manzanilla y lo sirvió en la tetera rosa de porcelana de siempre. Trajiste galletas, dijo alegremente mientras colocaba la charola en la mesita de la sala, tus favoritas, dijo la Sra. Adams mientras vaciaba las galletas en uno de los platos vacíos que había traído su hija. Voy por agua para las flores.

Mientras su hija buscaba un poco de agua se oyó la puerta. El hombre con el que había empezado a vivir su hija hace poco entró en la habitación.

Cuando la hija entró en la habitación con el florero lleno de hermosas flores blancas en las manos vió a su madre con un arma en las manos. El paquete envuelto en papel café había sido abierto, el arma apuntaba al hombre.

Desde que vivían juntos la Sra. Adams tardaba media hora más en trasladarse, entre otras cosas. A la Sra. Adams no le gustaban los cambios. Disparó.

jueves, 6 de enero de 2011

Murat Sayginer


Murat Sayginer es un joven y talentoso artista visual que incursiona en la fotografía y el arte digital. Su obra ha sido reconocida a nivel internacional.
Nación en Praga en el año de 1989, estudió en Paris y se graduó de la escuela Lycee Charles De Gaulle en Ankara.

Las fotografías de Murat Sayginer exploran lo que podría parecer terrorífico y nos muestran lo bello que puede resultar.

Belleza. Terror. Infinito. Posibilidad. Sentir. Vivir. Creer. Sabor. Dolor. Vida. Muerte. Efímero. Momento. Fuerza. Fragilidad. Sensualidad. Sexualidad. Amor. Horror. Arte.

Me parece indescriptible y al fin de cuentas de innecesaria descripción.

''I am refractive and my art is the refraction of my life.'' Murat Sayginer

Aquí un poco de su arte y un línk de su página web. http://www.muratsayginer.com/index.html
























miércoles, 5 de enero de 2011

El viaje a Zandiola (Fragmento)

El granero era una estancia amplia, fría, con paja en el suelo, una gran ventana a un costado, una cama en la esquina y un caballo, que en ese momento espantaba las moscas con la cola. Zalblack se percató de que había un frasco de cristal en el suelo al centro del granero, dentro había una extraña llama de color verde que no consumía nada, sólo existía; Zalblack se guardó el frasco en el bolsillo de su chaleco y se dirigió hacia la cama. De la cama tomó una botella de cristal azul cerrada con corcho que tenía dentro un lo que parecía sangre, y una bolsa de tela con monedas de oro y plata, luego lo echó todo en una morral que estaba tirado en el suelo, se lo colgó al hombro y salió con paso firme del granero. Después de caminar unos metros se detuvo en seco, algo lo incitaba a abrir el frasco; sin poder resistirlo más metió su mano derecha en el bolsillo y sacó el frasco, puedo la mano izquierda en la tapa y la hizo girar. La llama que estaba dentro comenzó a alborotarse y salió disparada por encima de su hombro hacia el granero, al llegar a él comenzó a rodearlo, Zalblack se volteó y vio como la llama verde creaba un remolino alrededor del granero y aunque no lo tocaba, este comenzaba a consumirse  como si ardiera en llamas. Se escuchó el relinchido del caballo y segundos después las llamas desparecieron, el granero había quedado reducido a escombros, sólo una figura seguía aún en pie, un caballo de piedra entre las cenizas, con una expresión de terror en su rostro.


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